Columna de opinión de Liliana Corona, psicóloga del Programa PACE de la UACh.
Llevamos mas de un año bajo esta nueva forma de vida, donde llega una pandemia y determina nuestros contextos, nuestras relaciones y nuestros estados. Generando un clima principalmente de incertidumbre, disminuyendo toda certeza de nuestro entorno y de nosotros mismos, que nos ha obligado de manera abrupta a instaurar hábitos que desconocíamos como el uso constante de una mascarilla, lavado de manos constante, uso de tecnologías, etc. Nos insta a tomar distancia de nuestras redes de apoyo, ya sea familia o amigos, nos mantiene en casa trabajando o estudiando, desorganizando toda estructura conocida por nosotros.
Pese a que lo anterior es la descripción de un escenario desolador y de crisis, me he encontrado con la grata sorpresa, que desempeñando mi rol como psicóloga en el programa PACE (AES), he reconocido la capacidad humana de adaptación y resiliencia en cada uno de los/as estudiantes con quienes comparto, en la diversidad de formas en las cuales nos encontramos. Dispuestos a enfrentarse a lo desconocido, a aceptar y buscar espacios de contención desde lo telemático, a explorar las nuevas formas de establecer vínculos seguros y de confianza. Siendo capaces de posponer las necesidades de lo presencial para centrarse en el aquí y el ahora, surgir con nuevas capacidades para enfrentar la incertidumbre desde una mirada positiva, manteniendo un sentido del humor, y encontrando soluciones estratégicas para enfrentar el nuevo escenario académico.
Lo mismo ocurre en nuestro caso como equipo socioafectivo, donde he tenido el agradado y tremendo orgullo de trabajar junto a personas que pese a la distancia física, y el cansancio del teletrabajo, mantiene una disposición intacta a relacionarse de esta nueva forma a través de la pantalla. Privilegiando las instancias que nos permitan tanto crecer como de contener a cada uno de los miembros del equipo. En este mismo sentido, tengo la certeza de que el equipo PACE, con cada uno de sus profesionales y colaboradores, estamos conscientes en todo momento y con la convicción de que nuestra labor hoy en día es ser una red de apoyo movilizadora fundamental en el proceso de nuestros estudiantes en la experiencia de adaptarse a una vida universitaria, que de acuerdo al contexto actual, lamentablemente es una experiencia compleja de comprender e integrar, ya que, son la generación que han podido presenciar uno de los escenarios más complejos de la historia del mundo, y que han debido continuar, con la mochila de herramientas que han ido preparando a lo largo de sus vidas.